1.27.2005

EL JUEGO DE LA VIDA

En los juegos de niños todos éramos grandes.
Olvidate del cuerpo, es mejor que el circo.
El mundo es un inmenso lugar para esconderse,
y en las tumbas sólo se revuelcan los gusanos.

Por no llorar en vano,
te pintare un gran cuadro de manzanas pecado.


Y jugando a ser niño, me convertiré en perro
y guardaré los huesos para más tarde
y ladrándole al cielotormenta moveré mi rabo
hasta que sin darme cuenta lo haya olvidado.

Por no llorar en vano,
dejaré mis lágrimas en el arco pupílico de tu mirada.

1.25.2005

FLORES BLANCAS

Arqueadas pestañas albinas desperezándose,
con la mirada fija hacia el norte frágil.
Así son las calas.

Blancos monaguillos haciendo ronda con sus manos,
besando al viento como si quisieran volar.
Así son los nardos.

Pálidas doncellas desmayadas de pureza descarada,
suspendidas sobre oscuras ventanas medievales.
Así son las magnolias.

Largos y blancos manteles tendidos sobre el pasto campestre
en el constante picnic del amor natural.
Así son las blancas florcitas silvestres.

Perfumadas y dulces cadenas de mentiras blancas,
negándose inútilmente a noviembre.
Así son los jazmines.

Y todas las que faltan, castas y brillantes,
las que nunca fueron para mis amantes,
seguirán siendo flores y seguirán siendo blancas.

1.21.2005

LO QUE ME HACE MAL

No me voy a quedar en tu sala de espera artificial,
la de las flores de plástico y revistas frívolas del último verano,
la de los sahumerios lavandahumedo y velitas de utilisima saltelital.

No voy a guardar silencio mientras tanto
ni voy a apoyarme sobre un retapizado kitch.

No voy a quedarme en tu espacio de no fumador,
ni voy a golpear el piso con la planta de mi pie derecho.

Ni siquiera me voy a quejar.

Podría apovechar y automedicarme y salir corriendo al parque de diversiones,
ya que la voz de mi conciencia se encuentra detenida por serie manual.

1.17.2005

MADRESELVA

De mi tierra al punto aquel equidistante,
de mi mismo y de sus flores blancas
de su savia ama y necesaria
de sus brazos que se enredan, protectores

Todo rumbo ese monte en el que estoy perdido
y no lo conozco y me da miedo, pero ya estoy en el.