5.27.2005

EL HOMBRE QUE AMA A LAS FLORES

El que las detesta, por que no puede admitir tanta belleza
El que se compara con ellas desde niño frente al espejo, y baila con ropas de su madre
El que las dejó morir, por descuido en un jarrón de la antesala
El que se entrega simplemente por que le gustan sus formas y colores
El que no se imagina la vida sin el perfume de las flores
El que sueña con poseer una belleza semejante y no se anima a cortarlas
El que despierta y continúa todo el día pensando en flores, obsesionadamente
El que sale corriendo del trabajo para regar la flor de su jardín
El que las colecciona, por que no sabe elegir
El que pinta a las flores y su vecino, el que les canta
El que las analiza y las hace hablar hablándoles del clima
El que sólo se atreve a mirarlas desde lejos, sin compromiso
El que oculta su gusto por las ellas, por temor a que lo señalen
El que lleva flores en la mano, caminando con orgullo por la calle
El que las deshoja esperando al amor y el que las deshoja sin saber por que
El que compra revistas de jardinería y se encierra en su cuarto
El que por gustar de ellas, se cree desdichado
El que las acaricia por la mañana creyéndolas dormidas
El que las saca al sol para que se reanimen, posiblemente un enfermero
El que las rechaza, por que dice que le causan alergia
El que las paga, y así no se siente tan culpable
El que se ríe de ellas, por que no las entiende
El que las vio crecer y no concibe que no sean ya pimpollos
El que intenta protegerlas de las plagas, y llora por las noches
El que no sabe como cuidarlas
El que simplemente las posee
El turista, que en sus viajes busca encontrar aromas nuevos, distintos
El que las recoge de la calle, por que cree en ellas
El que se sensibiliza ante su naturalidad y sueña con la paz en el mundo
El que nunca se conforma con una, por que siempre se maravilla con otra
El que piensa que llegó tarde al reino de las flores
El que todos los días las roza en su camino, sin saber de ellas
El que les pone una estaca, por que cree que todas las flores nacen torcidas
El romántico que deja secar sus pétalos entre las hojas de Pablo Neruda
El que las carga en un ojal y las lleva a la ópera
El que busca la flor perfecta y en invierno mira a través de la ventana
El que se rodea de flores pero llega a su casa y se siente solo, triste, seco
El que niega la semilla y refuta la raíz, solo valora el capullo
El que piensa que no merece aquellas que son blancas
El que suspira por ellas y sueña con un jardín edénico

Y el que simplemente, las ama.

5.18.2005

ALACENADA

Y no te cansás de elegir para tu etiqueta
esas palabras ocupadas, esas,
las que corren con el tiempo justo,
las que no se sientan.
Las fáciles palabras de boca en boca,
vas a tener que pintarte los labios
con rouge guinda hipócrita.

Hasta las latas baratas de supermercado chino,
esas que me dicen
“te doy leche y en polvo y azucarada”
Parecen mucho más decentes. Y tu madre. Y tu hermana.

Lata idiota, hasta que punto no te das cuenta
de los tantos que te están metiendo la mano hace rato...
Te gustas ciega, lata infame,
así tampoco ves que te vas quedando vacía...
Puta lata miserable, al final tu culo va a ser una alcancía!
Y vas a quedar tan mal abierta que quien se acerque
con otras intenciones, se va a cortar profundo,
o hasta quizás pierda la cabeza.
O te consuela saber que con algo te vas a quedar,
por que nadie quiere comerse el último rejón del tarro.
Ni siquiera vos misma.
Y vas a vivir tu propio asco en esas moscas
verdes, gordas y ruidosas,
revoloteando sobre lo que fue tu dulce.
Y hasta posiblemente, te caguen.

O cuando estés a punto de herrumbrarte
algún vago te saque de la basura
o te encuentre tirada en la calle y te lleve,
para que le calientes el agua de la mañana.

Por la suerte que corrés, estás malditamente protegida,
lata podrida! Falso tarro travestido!
Por la suerte que corrés, el idiota debo ser yo,
por que la verdad es que realmente no entiendo
por qué todavía te conservo.

5.17.2005

BLOQUEO

Papel rayado.
Blanco, pero rayado.
Cuaderno de tareas para el hogar.
Vacío, blanco, pero rayado.
Hipnóticas líneas horizontales tiradas como si nada.
Sandwichs de renglones y silencio.
Paralelos. Guías. Desocupados.
Inflexibles. anoréxicos.
Inentendibles cuando están así:
vacíos.

Y yo que tanto quiero escribir.
Y yo que tanto quiero escribir.
Y yo que tanto quiero escribir.