CUENTO CORTO
El hombre sin orejas Había una vez un buen hombre que un buen día se cansó de que le jalen las orejas y se las quitó. Sin ellas nunca más escuchó ningún reproche. Nunca más escuchó nada. Y como no escuchaba nada, le pareció correcto no decir nada y nunca más volvió a pronunciar palabra alguna. Sólo se reía. Todos pensaron que estaba loco y lo encerraron en un manicomio. Los medicamentos lograron hacer que deje de reir y el hombre sin orejas cerro, finalmente, sin morirse, sus ojos para siemempre. |
1 Comentarios:
Aia.
lo que acabo de leer
no me dejó sin palabras;
me dejó sin pensamientos.
me encantó.
:0)
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