EL LENGUAJE DE TUS MANOS
Saber de tus manos.
Ellas están de acuerdo cuando decís “no-no”?
Saber si les gusta cortar flores.
O ser parte de una bofetada.
(siempre quise utilizar ese término, esto es muy raro).
Siempre quise preguntarte sobre tus manos. Saber si ellas no es que sienten más cuando pelás las mandarinas. Siento siempre intenso olor a mandarinas frescas en tus manos después de una soleada siesta de invierno. Saber, realmente, si tus manos se marean cuando me saludás al partir de retiro. Si son ellas las que hacen que la voz de la conciencia diga: “ por Dios! No para de saludar! que-se-va-ya-el-micro-que-se-vaya-el-micro-que-se-vaya-el-micro”. Y si es por eso que en el preciso momento en que el micro me borra tu imagen saludándome, entrelazo los dedos de mis manos en un apacible suspiro. Saber si nuestras manos se comunican entre ellas.
Que le dicen el resto de los dedos a esos dos que quedaron amarillentos de sostener tus tantos cigarrillos. Si el que va a la nariz se siente realmente sucio.
Saber si ellas ven tan grandes las letras inscriptas en el teclado. Si es una letra tipeada, un parto para los dedos, es como parir un texto. Saber si ellas entienden lo que tipean, tanto como vos.
Si cuando juntás los dedos de tu mano derecha para hacer ese simpático gesto cuando me decís “¿Pero qué decís nene?”, ellos aprovechan y se funden en un intenso abrazo con el dedo gordo. O si es el dedo gordo el que les cuenta lo que pudo rehojear sobre las historias fantásticas que le solés leer.
También me gustaría saber si le hablás a tus manos, uno siempre le habla a algo que no sabemos si realmente escucha, acaso no solías decirle a tu cabeza “pensá-pensá”, no le decís nada a tu pirulín?? Ni siquiera cuando te levantás de la cama sólo por que no aguantás más las ganas de hacer pis? A tus pies, cuando vas a comprarte zapatillas? No le das palmadas a tu panza y decís barbaridades?? Y hablando de partes, sabrán ellas la identidad exacta de por quién te solés masturbar? Si te detenés a mirar tus manos, si te gusta verlas en la oscuridad, matizadas de un rojonaranja saturado, al prender un cigarrillo en la habitación a las cuatro de la mañana. Y si al día siguiente te confiesan de una vez por todas por qué bostezan con vos, tan abiertas. Desplegadas. Saber si es ése el momento del día en que tus manos quieren volar. Justo después de un sueño.
Saber si disfrutan tanto cuando bailás extasiado de música dulce, entre flashes blancos y azulinos. O si son ellas las que te hacen bailar.
Si gozan el roze de tus manos acariciando tu cabeza recién salida de un chapuzón en el mar, si sienten ese sexapil cuadro por cuadro. Si tus manos se excitan cuando te tocás sin querer. Saber, saber, saber.
Si es que tus manos tienen memoria. Si recuedan cuando jugabas a la ronda o a la mancha, cuando fue la primera vez que agarraste algo. Cosas, quiero saber cosas de tus manos… Cuál es?!
Ellas están de acuerdo cuando decís “no-no”?
Saber si les gusta cortar flores.
O ser parte de una bofetada.
(siempre quise utilizar ese término, esto es muy raro).
Siempre quise preguntarte sobre tus manos. Saber si ellas no es que sienten más cuando pelás las mandarinas. Siento siempre intenso olor a mandarinas frescas en tus manos después de una soleada siesta de invierno. Saber, realmente, si tus manos se marean cuando me saludás al partir de retiro. Si son ellas las que hacen que la voz de la conciencia diga: “ por Dios! No para de saludar! que-se-va-ya-el-micro-que-se-vaya-el-micro-que-se-vaya-el-micro”. Y si es por eso que en el preciso momento en que el micro me borra tu imagen saludándome, entrelazo los dedos de mis manos en un apacible suspiro. Saber si nuestras manos se comunican entre ellas.
Que le dicen el resto de los dedos a esos dos que quedaron amarillentos de sostener tus tantos cigarrillos. Si el que va a la nariz se siente realmente sucio.
Saber si ellas ven tan grandes las letras inscriptas en el teclado. Si es una letra tipeada, un parto para los dedos, es como parir un texto. Saber si ellas entienden lo que tipean, tanto como vos.
Si cuando juntás los dedos de tu mano derecha para hacer ese simpático gesto cuando me decís “¿Pero qué decís nene?”, ellos aprovechan y se funden en un intenso abrazo con el dedo gordo. O si es el dedo gordo el que les cuenta lo que pudo rehojear sobre las historias fantásticas que le solés leer.
También me gustaría saber si le hablás a tus manos, uno siempre le habla a algo que no sabemos si realmente escucha, acaso no solías decirle a tu cabeza “pensá-pensá”, no le decís nada a tu pirulín?? Ni siquiera cuando te levantás de la cama sólo por que no aguantás más las ganas de hacer pis? A tus pies, cuando vas a comprarte zapatillas? No le das palmadas a tu panza y decís barbaridades?? Y hablando de partes, sabrán ellas la identidad exacta de por quién te solés masturbar? Si te detenés a mirar tus manos, si te gusta verlas en la oscuridad, matizadas de un rojonaranja saturado, al prender un cigarrillo en la habitación a las cuatro de la mañana. Y si al día siguiente te confiesan de una vez por todas por qué bostezan con vos, tan abiertas. Desplegadas. Saber si es ése el momento del día en que tus manos quieren volar. Justo después de un sueño.
Saber si disfrutan tanto cuando bailás extasiado de música dulce, entre flashes blancos y azulinos. O si son ellas las que te hacen bailar.
Si gozan el roze de tus manos acariciando tu cabeza recién salida de un chapuzón en el mar, si sienten ese sexapil cuadro por cuadro. Si tus manos se excitan cuando te tocás sin querer. Saber, saber, saber.
Si es que tus manos tienen memoria. Si recuedan cuando jugabas a la ronda o a la mancha, cuando fue la primera vez que agarraste algo. Cosas, quiero saber cosas de tus manos… Cuál es?!
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